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Afilar con chaira ¿qué es y cómo se hace?

El afilado con chaira es uno de los métodos más efectivos, simples y económicos para mantener tus cuchillos de cocina en buen estado en todo momento.

Aprender esta técnica de afilado es relativamente rápido, sobre todo si la comparamos con el afilado con piedras u otros métodos parecidos que, al menos en nuestra opinión, requieren más práctica y tiempo de aprendizaje.

Eso sí, por sencillo que sea, si de verdad quieres saber cómo sacarle un buen filo a tus cuchillos con la chaira, antes es importante entender qué es exactamente y cuál es función.

¿Qué una Chaira? Definición y origen

La palabra chaira aparece en el diccionario por primera vez en 1884 y haciendo referencia a un cilindro de acero usado por carpinteros, zapateros y carniceros para avivar el filo de sus herramientas de trabajo.

Esa es la primera vez que se define de forma oficial, no obstante, según Dialnet , el término chaira ya había aparecido con anterioridad en diferentes textos.

Su uso no ha variado con el paso del tiempo y, a día de hoy, la chaira sigue siendo una herramienta de forma alargada, cilíndrica y fabricada en acero – aunque veremos más adelante que no siempre es así – cuya función es la de avivar el filo de algunas herramientas de corte.

La chaira ha sido durante años la compañera inseparable de muchos profesionales. Y lo sigue siendo, aunque cada vez menos.

Por eso, por la tradición y por su importante papel en la historia de los cuchillos de cocina, a pesar de los muchos métodos de afilado más modernos que podrás encontrar en la actualidad, creemos que no deja de ser interesante conocer esta herramienta, disponer de una y aprender a usarla.

Usos de la chaira

En términos generales, la chaira se utiliza para avivar el filo de un cuchillo o cualquier otra herramienta cortante que se haya afilado con anterioridad.

Es decir, la chaira no está diseñada para crear un filo ni para modificar su geometría, sino para asentarlo y eliminar imperfecciones.

Ahora bien, existen varios tipos de chaira y, algunos de ellos están diseñados específicamente para afilar. Es el caso de las chairas recubiertas de diamante y de las de cerámica.

En el caso de las de diamante, su dureza es considerable, lo cual te permitirá afilar todo tipo de cuchillos por muy duro que sea su acero, aunque el resultado final será algo basto.

Con las chairas de cerámica, por otro lado, el resultado será más refinado debido a que son menos abrasivas.

En resumen, la función de una chaira dependerá, sobre todo, de lo que queramos hacer con ella y de los materiales en que esté fabricada.

Las de acero, las reservaremos para repasar y mantener el filo, consiguiendo que dure en buen estado mucho más tiempo.

Las de diamante, las utilizaremos en cuchillos con aceros notablemente duros, o bien en casos en los que hayamos perdido completamente el filo y no nos gusten los otros métodos de afilado disponibles.

Y las de cerámica, las más equilibradas, las podremos utilizar con aceros más duros (aunque nos llevará más tiempo) y se usa, a menudo, en cuchillos de cocina cortos y en navajas.

Tipos de chaira: propiedades, tamaño y forma

Los tres tipos de chaira son las chairas de acero, las recubiertas con diamante y las chairas cerámicas.

Las de acero acostumbran a ser las más largas, de entre 23 y 30 cm.

Su acero suele tener propiedades magnéticas, por lo que las partículas de acero del filo del cuchillo que se desprenden durante su uso, se quedan adheridas. 

A la hora de utilizar este tipo de afilador, deberás tener en cuenta el acero del cuchillo con el que vas a trabajar.

Por ejemplo, el acero de los cuchillos de cocina japoneses de calidad destaca por su dureza y, esa dureza, puede ser mayor que la dureza de la propia chaira.

Es el caso del VG-10, un acero muy común en la cuchillería japonesa.

Cuando eso sucede, las chairas normales no funcionarán de forma eficiente.

Podemos probar con algún modelo más resistente, como la chaira en acero al carbono cromado de la marca Arcos (Ver precio en Amazon), o pasar directamente a las cerámicas.

Las chairas cerámicas están consideradas como las más duras. No obstante, ten en cuenta que son extremadamente frágiles ante caídas o golpes.

Suelen ser, también, más cortas que los otros tipos, con una longitud media en torno a los 23 cm, aunque encontrarás modelos más largos.

Como referencia, podrías comparar su grado de abrasión con el de una piedra de afilado de grano 1000.

Y, para terminar, su precio es, en general, más elevado que el de las chairas de acero.

Las de acero con recubrimiento de diamante son las indicadas para trabajar con aceros extraduros. Pero recuerda que, si tratas de afilar tu cuchillo solo con este método, el resultado final será poco refinado.

Todos los tipos, tanto las de acero como las cerámicas como las de diamante, las encontrarás en formato redondo y ovalado.

¿Cómo se usa una chaira? Consigue el mejor filo posible para tu cuchillo con estos sencillos consejos.

No todo el mundo utiliza la chaira de la misma manera.

Hay quien la sostiene en el aire, ajusta el ángulo de inclinación (entre 15 y 20 grados) y realiza suaves movimientos desde el talón del cuchillo hasta la punta, en dirección a la guarda o mango de la chaira.

Hay quien utiliza el mismo método pero, en vez de desplazar el cuchillo en dirección al mango, realiza el movimiento a la inversa. Es decir, hacia la parte final de la chaira.

De entre todos los métodos que hemos revisado, el que nos ha parecido más seguro para empezar, consisten en colocar la chaira de manera vertical con la punta apoyada en una superficie lo más estable posible, por ejemplo, en una tabla de cortar cubierta con un trapo.

Una vez colocada, busca el ángulo de afilado y realiza movimientos desde el mango hacia la tabla.

De esta manera, tendrás un punto de apoyo y el cuchillo no se escapará accidentalmente en la dirección de tu mano.

afilado con chaira vertical

Lo hagas como lo hagas, comprueba siempre que todos los dedos se ubican tras la guarda o escudo de la chaira.

Qué es mejor, ¿chaira o piedra?

Depende de para qué utilices una cosa u otra.

Por ejemplo, a nosotros nos gusta usar una piedra de grano muy fino y un trozo viejo de cuero para asentar el filo tras cada afilado.

Pero, en cambio, nos resulta muy cómodo utilizar una chaira cerámica para darle un toque al cuchillo de vez en cuando.

Para afilar, las piedras te dan la versatilidad de trabajar con varios granos: un grano más abrasivo para el afilado inicial, incluso para modificar la geometría del filo, un grano medio para pulir y un grano muy fino para avivar.

Por otro lado, si tienes cuchillos de cocina baratos, lo cual se traducirá, por norma general, en cuchillos con un acero blando, te pasarán dos cosas:

La primera es que perderás el filo muy rápido, por lo que, si usas a diario tus cuchillos, tendrás que estar afilándolos constantemente.

La segunda es que (casi) te costará más el kit de afilado que los propios cuchillos.

En ese caso, por ejemplo, la chaira nos parece una mejor opción que las piedras.

Es más, una chaira económica de acero al carbono como el modelo de Arcos (Ver precio en Amazon) dejará la mayoría de tus cuchillos listos con muy poco esfuerzo.