Con los cuchillos pasa algo curioso que no siempre tenemos en cuenta. Cuánto menos los usas, más se deterioran.
Es algo parecido a lo que pasa con un coche. Si lo tienes aparcado la mayor parte del tiempo, es muy probable que tenga que pasar por el taller antes de lo esperado.
El cuchillo que no sale a trabajar de vez en cuando, tiene más posibilidades de desarrollar óxido, la madera del mango se deteriora con mayor rapidez y, el día que vayamos a utilizarlo, tendremos que dedicar más tiempo a ponerlo a punto.
Esto no quiere decir que no debamos cuidar el cuchillo o cuchillos que usamos a diario. Todo lo contrario: nuestros cuchillos de cocina favoritos, esos que usamos más a gusto, se merecen que los cuidemos y mimemos al máximo.
Pero hay algunos cuchillos de tu cocina que, probablemente, tengas olvidados en algún cajón desde hace tiempo.
Esos cuchillos, al menos una vez al año, merece la pena que los saques para limpiarlos y afilarlos. Nunca se sabe cuando te harán falta.
El mejor cuidado para tus cuchillos: un buen afilado
Si duda, uno de los cuidados más importantes y que nos ayudarán a conservar durante más tiempo la hoja de nuestros cuchillos de cocina, es el afilado.
Pero cuidado porque, un mal afilado, causará el efecto contrario y, seguro que ya lo sabes, no hay nada más molesto que sentir que nuestro cuchillo corta peor después de pasar un buen rato intentando ponerlo a punto.
Además, un cuchillo desafilado corta mal o, directamente, no corta. Y un cuchillo que no corta como debería, es peligroso.
No es necesario que te conviertas en un experto afilador para mantener tus cuchillos en buen estado. Además, hoy en día existen muchas herramientas de afilado diseñadas para que cualquier persona consiga resultados cercanos a los profesionales.
Pero, por ahora, conozcamos algunos de los métodos más comunes para afilar cualquier cuchillo y cuál es el que más te puede convenir.
Afilado con chaira
Estoy seguro de que sabes perfectamente qué es una chaira.
Por si no fuera así, la chaira es ese instrumento con forma de cuchillo, pero que en vez de hoja tiene un cilindro alargado y, en muchas ocasiones, estriado.
De hecho, cuando vas a comprar carne, es más que probable que hayas visto al carnicero realizando ese movimiento tan característico con la chaira y su cuchillo antes de empezar a cortar.
Existen varios tipos de chaira, de diamante, cerámicas o de acero inoxidable, que es el tipo más común.
Lo que debes tener en cuenta es que la chaira en sí misma no es la herramienta más adecuada para el afilado, excepto aquellas chairas fabricadas especialmente para afilar.
La chaira, no obstante, es un método muy eficaz para asentar* el filo de tus cuchillos de cocina.
*El proceso de asentar un cuchillo consiste en quitar imperfecciones del filo una vez este ha sido afilado, sin remover metal o removiendo el mínimo posible.
¿Cómo utilizar la chaira correctamente?
Coloca la chaira hacia abajo y apóyala en una superficie estable.
Con la otra mano y siempre con la punta del cuchillo apuntando en la dirección opuesta al cuerpo, apoya la hoja sobre la chaira inclinando el cuchillo unos 20º.
Realiza movimientos suaves de atrás hacia delante, algo así como si tensaras un arco, empezando desde la base del cuchillo (cerca del mango) hacía la punta del filo.
Resulta un poco difícil explicarlo solo con palabras. Por suerte, he encontrado un vídeo en la que podrás ver cómo llevar a cabo la técnica, además de un truco para saber qué presión debes sobre la chaira.
Afilar un cuchillo de cocina con piedra
Quizá el afilado de cuchillo con piedra sea una de las técnicas más complicadas. Exige precisión y mucha práctica, por lo que no es la mejor alternativa para principiantes.
De hecho, nosotros nunca hemos afilado nuestros cuchillos con muela, debido a su complejidad.
El afilado deber ser regular en toda la hoja para evitar asimetrías y, para hacerlo bien del todo, necesitaríamos al menos dos piedras de diferente dureza, aunque lo ideal son tres: una mediana y una dura para reparar el filo, y una suave para el mantenimiento diario.
Además, será necesario un lubricante adecuado. En muchos casos el agua será ese lubricante. pero dependerá siempre de la naturaleza de la piedra.
En definitiva, un método para amantes del afilado, muy artesanal y que requiere de práctica y paciencia.
Otros afiladores de cuchillos: manuales y eléctricos
Si bien hasta ahora hemos hablado de los métodos manuales más precisos y profesionales, para afilar nuestros cuchillos de cocina, también podemos encontrar otros tipos de afiladores como los eléctricos o pequeños afiladores portátiles. Con acabados en diamante o cerámicos, nos permiten mantener el filo de nuestro cuchillo siempre listo y de forma fácil.
Son instrumentos que contienen el material para afilar en una guía que, como dice la propia palabra, guía al cuchillo y a nuestro brazo durante el proceso.
Solo tendremos que efectuar movimientos de vaivén suaves y firmes, y dejar que el afilador haga su trabajo.
A continuación te dejamos varios enlaces a afiladores de este estilo. Lo mejor, al menos para nosotros, es que son portátiles y fáciles de utilizar.
Otros cuidados importantes: ¿cómo quitar el óxido de los cuchillos?
Los cuchillos, sobre todo los de cocina, suelen desarrollar manchas y, si no tenemos ningún cuidado, óxido.
Es importante limpiarlos después de cada uso y, aunque sean de acero inoxidable, secarlos con un paño suave. Evita dejar que se sequen con el resto de la cubertería.
Pero bueno, aquí estamos para dar soluciones. Los problemas ya los conoces.
Si tu cuchillo presenta manchas, no lo frotes con lavavajillas y un estropajo. Haciéndolo no solo no conseguirás eliminar las manchas si no que además la hoja se desafilaría. Estropajo y afilado, no hacen buenas migas.
Uno de nuestros métodos favoritos y que mejor resultado nos ha dado, es utilizar vinagre blanco.
Puedes sumergir el cuchillo en un bol con vinagre, o mojar un paño y pasarlo por la zona manchada.
Después, aclara bien el cuchillo con agua y sécalo a conciencia.
Otro método más extremo es utilizar lana de acero. En este caso, añade algo al cuchillo para no hacerlo en seco, como un poco de aceite o una gota de agua jabonosa.
En el enlace que te dejo a continuación, encontrarás un tutorial genial sobre cómo quitar las manchas óxido de nuestros cuchillos de cocina.
Cuidados para el mango de tus cuchillos de cocina
Los materiales más utilizados en la fabricación de mangos de cuchillos son la madera y el metal.
En el caso de los cuchillos con mango de metal, las partes metálicas se cuidan del mismo modo que la hoja.
Pero si tu cuchillo tiene el mango de madera, sobre todo si está sin barnizar, te agradecerá el aceite de lino aplicado con un paño suave.
Sea como sea el mango de tu cuchillo, aplica la misma filosofía que con la hoja. Lávalos después de cada uso y asegúrate de secarlos a conciencia.
Últimos consejos para el afilado
Por último, algunos consejos random que hemos encontrado en internet. No los hemos comprobado todos, pero seguro que algunos ya los conocías.
- No guardar los cuchillos en fundas de cuero, ya que los productos químicos utilizados con los curtidos pueden dañar nuestros cuchillos.
- Tampoco los dejes en el cajón junto con los demás cubiertos. El roce conseguiría que el filo se desgastará antes de tiempo.
- Para que siempre estén a punto y corten como el primer día, afílalos al menos una vez al mes.
- Si vas a dejar de utilizar alguno de tus cuchillos de cocina durante un tiempo, protégelo con una fina capa de aceite o de grasa hidrófoba (tipo silicona) y guárdalo en una bolsa de plástico hermética.
- Si te decides a afilar tus propios cuchillos, toma todas las precauciones y practica antes con algún cuchillo que no sea de los caros.
- Antes de deshacerte de un cuchillo en mal estado, acude a un profesional. Es muy posible que se pueda recuperar.