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Cortar, picar y trocear carne, de ternera, pollo o de cualquier otro tipo, puede resultar una tarea más sencilla, incluso entretenida, con un cuchillo estilo hacha.
También conocido como machete o hachuela, el hacha de carnicero es un cuchillo popular entre los profesionales del sector, pero poco habitual entre los cocineros entusiastas.
La pregunta es, ¿tiene sentido incorporar esta increíble a la vez que intimidante herramienta a nuestro arsenal?
Para los amantes de los cuchillos de cocina, la respuesta es sí. Descubramos por qué.
¿Para qué sirve el hacha de carnicero en la cocina?
Casi todo lo que puedes hacer con un hacha de cocina, lo puedes resolver con otros cuchillos.
No obstante, debido a sus características únicas, el hacha ofrece algunas ventajas en la ejecución de determinadas tareas.
En primer lugar, debido a su peso, tamaño y forma, es ideal para el corte de piezas grandes de carne, huesos o piezas de carne congeladas.
Pero que no te engañe su tosca apariencia. A pesar de ser un cuchillo contundente, en las manos adecuadas es capaz de realizar cortes precisos y delicados.
La macheta también es perfecta para cortar verduras de toda clase o picar carne. Solo tendremos que colocar el cuchillo de la manera correcta y dejar que el peso de la hoja haga la parte difícil del trabajo.
Características del hacha de cocina
Aunque algunos chefs y cocineros aficionados utilizan el hacha como uno de sus cuchillos para todo, en muchos otros casos se suele reservar para las tareas que requieren más potencia de corte, tal como vimos anteriormente.
Es por eso que un buen hacha de cocina debe cumplir con unos mínimos requisitos.
El mango no se diferencia demasiado del mango de cualquier otro cuchillo mediano/grande, como el cuchillo de chef.
No obstante, en este cuchillo en el que la hoja es significativamente más alta, necesitarás un extra de control, por lo que es muy recomendable que pruebes el cuchillo en mano antes de comprarlo.
El agarre debe ser firme y cómodo, y el mango debe adaptarse lo mejor posible al tamaño de tu mano.
El peso y longitud del hacha variará en función del tipo de trabajo que vayas a realizar con más frecuencia, y encontrarás modelos desde los 300 hasta casi los 700 gramos, y desde los 15 hasta los 20 cm de longitud de hoja.
Si el uso principal será el de cortar, picar y trocear carne o verduras, un hacha más ligera te ayudará a evitar el cansancio prematuro de la muñeca.
En cambio, si piensas utilizar el hacha para trocear piezas grandes de carne y para cortar huesos, un poco de peso extra te dará más fuerza de corte cuando dejes caer el cuchillo.
Respecto al acero, lo que buscaremos es dureza y retención de filo, aunque lo más importante es mantener el hacha lo más afilada posible.
De lo contrario, en vez de cortes limpios y precisos, solo conseguirás aplastar los alimentos.
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